La “traducción jurada” es una traducción de carácter oficial y con validez jurídica. Es, grosso modo, una traducción certificada; es decir, es un documento que contará con la firma y el sello del traductor que lo haya realizado. Dicho de otro modo, es certificar que esa traducción es 100% exacta y verídica, algo que resultará utilísimo en cierto tipo de eventos oficiales.
Así queda patentado en el Real Decreto 2555/1977, del 27 de agosto, donde, en su artículo 6 apartado 1º, dice, (y cito textualmente): «Las traducciones e interpretaciones de una lengua extranjera al castellano y viceversa que realicen los Traductores/as – Intérpretes Jurados/as tendrán carácter oficial, pudiendo ser sometidas a revisión por la Oficina de Interpretación de Lenguas las traducciones cuando así lo soliciten las autoridades competentes».
Para que una traducción jurada tenga carácter legal, ha de realizarse ante notario y dando fe pública de la veracidad del documento que haya sido traducido (sea cual sea el idioma del que provenga).
Es importante recalcar que no cualquiera puede realizar este trabajo: para que un traductor pueda llevar a cabo una traducción jurada, es imprescindible que este haya obtenido, con anterioridad, el título de “traductor – intérprete jurado”, el cual es concedido por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España.
La diferencia más importante entre una traducción jurada y otra traducción ordinaria es que la jurada va a tener una validez totalmente legar ante organismos oficiales.
Para que te hagas una idea de su utilidad, puedes leer a continuación una lista de los documentos que precisan traducción jurada para su utilización mediante vía oficial:
- Certificados de matrimonio.
- Certificados de nacimiento.
- Certificados de antecedentes penales.
- Pasaportes.
- Documentación de extranjería.
- Estatutos.
- Títulos y Certificados académicos.
- Expedientes académicos.
- Diplomas.
- Sentencias judiciales.
- Escrituras públicas.
- Testamentos.
- Poderes.
- Prueba documental para su presentación en juicio.
- Declaraciones de la Renta.
- Cuentas Anuales.
Es importante precisar, para que lo tengas en cuenta, que una traducción jurada va a tener siempre el mismo formato, sea cual sea la traducción que se requiera:
-Por un lado, vas a ver la firma de la siguiente forma: “Don / Doña (nombre y apellidos), Intérprete Jurado de (el idioma que sea), certifica que la que antecede es traducción fiel y completa al (lengua de destino a la que se haya traducido) de un documento redactado en (lengua de origen). En (lugar), a (fecha)”.
-Por otro, verás la firma del traductor jurado: Nombre, la leyenda “intérprete jurado de…” o “traductor – intérprete jurado de…” seguida del idioma para el que se obtuvo el nombramiento, dirección, teléfono y, en su caso, fax.
¿Cómo se convierte alguien en “traductor jurado”?
A día de hoy, solo se puede acceder a este servicio a través de un examen que convoca la Oficina de Interpretación de Lenguas, dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación.
Por supuesto, hay que cumplir ciertos requisitos:
- Superar la mayoría de edad legal en España.
- Tener la nacionalidad española, de un Estado miembro de la Unión Europea o del Espacio Económico Europeo.
- Poseer un título español de Graduado o Licenciado Universitario, Ingeniero Técnico, Arquitecto Técnico o equivalente. Es decir, cualquier título cuya correspondencia al nivel 2 o 3 del Marco Español de Cualificaciones para la Educación Superior haya quedado establecida en virtud del Real Decreto 967/2014.
- Aquellos aspirantes extranjeros deben poseer la credencial de homologación o de un certificado de equivalencia, emitidos por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Deberán poseer, además, una serie de conocimientos previos para superar el examen:
- Idioma: habilidades orales, comprensivas y escritas del “inglés”. En el último año, el ministerio solo abrió la convocatoria para ese mismo idioma.
- Gramática y terminología: evidentemente, un traductor ha de tener un conocimiento profundo del idioma y conocer, en gran amplitud, la gramática, el léxico y la terminología española.
- Conocimientos de traducción: es obvio que un traductor tenga conocimientos previos de traducción.
- Conocimientos jurídicos: para comprender conocimientos legales y jurídicos.
El examen consta de las siguientes pruebas:
- Examen de 50 preguntas (+ 50 de reserva) sobre el temario. Prueba de carácter gramatical y terminológica. Es eliminatoria.
- Tres ejercicios, a realizar el mismo día.
- Traducción de un texto castellano (literario, periodístico o ensayístico) del idioma escogido.
- Traducción de un documento generalista castellano al inglés (sin diccionario).
- Traducción de texto jurídico o económico al castellano (en esta, los diccionarios sí están permitidos).
- Prueba oral: interpretación consecutiva frente a un tribunal.
Si cumples los requisitos y pasas las pruebas, ¡enhorabuena! Eres traductor jurado.
¿Qué diferencia una “traducción normal” de una “traducción jurada”?
Hagamos una lista básica con las principales diferencias entre ellas:
Traducción jurada:
-Tiene validez oficial y legal, de modo que podrás emplearla frente a organismos oficiales. Contando, además, con el respaldo que te da este tipo de servicio, y es que te da la tranquilidad de ser veraz y exacta.
-Al ser certificada, te va a asegurar la fidelidad real y total de que el texto está correctamente traducido a ese idioma, avalado, además, por el sello y la firma del traductor jurado.
-Cuenta con la certificación del Estado español. Son más oficiales y legales.
-Se expiden obligatoriamente en papel (por la certificación que lleva).
La traducción simple:
–No tiene carácter oficial, por lo que no te servirá para instituciones oficiales.
-En consecuencia, no cuenta con la certificación oficial del Estado español. Son más oficiales y legales.
-Puede entregarse tanto en formato papel como en formato digital.
En conclusión, si necesitas una traducción para presentarla ante un organismo oficial (para un juicio, para una empresa, o para cualquier entidad), lo mejor es que te asegures de contar con un experto en traducción jurada que te dé la tranquilidad de que lo que presentas es 100% verídico, totalmente certificado y homologado por el Ministerio… y, todo ello, con las enormes ventajas que te acabamos de enumerar y contando, por supuesto, con el mejor grupo de profesionales que puedas encontrar.
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