El origen de las palabras, en muchas ocasiones, es muy interesante y todo aquel que haya visitado Granada sabrá que es tradición dar junto al refresco, una tapa. En muchos casos, con dos refrescos y dos tapas ya se ha comido. Pero…, ¿dónde nacieron las tapas? El origen no fue en Granada. Curiosamente, nacieron en Cádiz y más concretamente, en el Ventorrillo el Chato. Si alguno va de Cádiz a San Fernando verá que hay un establecimiento a mitad de camino que recuerda mucho a una taberna.
Cuenta la historia que el rey Alfonso X el Sabio pasaba por allí. Cuando estaba a medio camino, se paró a «tomar algo» para recuperar fuerzas en aquel establecimiento. El posadero se le acercó para tomarle nota y el monarca se decantó por un «vinito de la zona». Las casas en Cádiz siempre se han pintado con cal por sus propiedades contra la humedad tan fuerte de la zona y solía ser común que cuando preparaba la comida, se le cayese algo de cal en la misma. El posadero, con mucho «apuro», decidió poner un poco de queso encima de la copa para evitar que se le cayese cal en el vino de este famoso monarca. A este rey le gustó tanto la idea que decidió popularizarla.
No todo el mundo comparte este origen, ya que los hay que dan otros orígenes y hay otros que dicen que no era por la cal, sino por la arena de la playa que entraba por una de las ventanas. Pero la idea se hizo tan popular que hoy en día, ha llegado a ser una tradición para cualquier «granaino».